En Tokyo hay un montón de parques, estoy seguro de que a los que vengan por primera vez les sorprenderá esto mismo: la gran cantidad de árboles que te puedes encontrar en cualquier sitio. Aquí al lado de mi casa hay una montañita con su bosque y todo, y vivo bastance cerca del centro. Bosque que, por cierto, está lleno de cuervos que me ponen la cabeza loca.
Pues hay unos jardines que yo nunca había visto y de cuya existencia me enteré el otro día de casualidad. Son los Jardines "Hamarikyu", que resulta que pertenecieron a la familia del Shogún Ieyasu Tokugawa y que ahora se pueden visitar apoquinando los 300 yenes de la entrada.
Para ir, se coge el monorail elevado Yurikamome desde la estación Shimbashi, y uno se baja en la parada Shiodome. Esto os sonará... ¿os acordáis del reloj de Miyazaki?, pues desde ahí se tardará como cinco minutillos a pata:
Lo primero que impresiona de esta zona son los pedazo de rascacielos que hay. En Shiodome se pueden ver los edificios más nuevos de todo Tokyo:
La vista de este edificio es increíble desde aquí. De verdad que parece mentira..
Es una locura de edificio el de la Dentsu, una agencia de publicidad japonesa... parece de película del futuro!
Y claro, aunque el parque estaba ahí desde mucho antes, lo que de verdad impresiona, la imagen con la que se queda uno es la del contraste: los edificios forman un muro inmenso en comparación con los árboles...
Es como si el parque fuese una maqueta, y los edificios fuesen los que son de verdad
No queda lugar a dudas de que impresiona y, en cierto modo, es hasta bonito...
Sobretodo porque no hay muchos sitios en Tokyo donde uno puede ver reflejados los rascacielos
Destaca que está rodeado por canales de agua de mar, y que hay un estanque que fue diseñado para tener pequeñas olas procedentes de las mareas. Por lo que pone en la guía, resulta que es el único de este tipo que existe en Tokyo.
Se puede coger un Aquabus que te lleva hasta Asakusa o hasta Odaiba en un silbido
Es un parque muy grande, muy bonito, donde uno se puede dar un paseo como Buda manda. Además no suele haber mucha gente, con lo que si queréis alejaros de todo el jaleo de los sitios habituales de esta locura de ciudad, yo os recomiendo que os paséis por aquí, que entréis en la casa de Té del medio del lago y que os toméis uno mientras os imagináis a la familia del Shogún paseando por entre los árboles. Y, os guste o no el té, no dejéis de dar las gracias a quién os lo sirva,
que no es nada fácil.
Si en Tokyo hacía 30º, aquí los árboles consiguen bajar la temperatura... realmente agradable
Al fondo, casi casi ahí mismo, tenemos a la mar salada
Y mozas casaderas vestidas con sus Yukatas, más guapas que guapas
Este es un pino que cumple 300 años el año que viene...
Y un puente de madera de los pocos que quedaron sanos después de los bombardeos de los yankis, el resto son reconstrucciones, incluida la casa de té
Y tan bonito es el parque, que lo eligen para sacar fotos a modelos con vestidos tradicionales. Estos fueron los terceros que vi ese día