Hay muchísimas cosas que echo de menos desde que me he venido aquí, pero hoy he hecho un listado de las cosas que sé que echaré de menos cuando me vaya:
- La educación, no se si en algún lugar del mundo te harán sentir tan bien como aquí. Hoy he comprado una lata de café caliente, un bollo de chocolate y un plato de espaguettis. Me han calentado los espaguettis en el microondas, me han metido unos palillos y una servilleta húmeda en una bolsa. En otra me han metido la lata de café que estaba caliente y en otra me han puesto el bollo a parte para que no se derrita con el calor de las otras dos cosas...
- Volver a pensar en pesetas. Ahora mismo el Euro está por las nubes en comparación con el Yen, exactamente a 165,2346 Yenes, por lo que las cantidades son casi iguales a las pesetas. Es mucho más fácil para mi saber si algo es caro o barato en Japón que en Bilbao, tiene huevos. Por ejemplo, una barra de pan me vale unos 240 Yenes, lo que es caro aunque hay que pensar que estamos en Japón y no es algo que se consuma habitualmente. Pero el equivalente a nuestro menú del día sería caro si pasase de los 800 Yenes. Es fácil! es volver a pensar en pesetas, como toda la vida!
- La comida japonesa: es tirao de precio comer sushi, sashimi, tofu, tempura, sukiyaki, takoyaki. yakitori... jum jum!
- Descubrir cosas nuevas casi cada día. Es todo tan distinto, que siempre te das cuenta de algo que había pasado desapercibido, como el coche de policía que he visto hoy, en el que las sirenas se han elevado como medio metro por encima del techo del coche para que se puedan ver desde el medio del atasco que había montao.
- La buena gente que he conocido aquí y que, quizás, no vuelva a ver nunca.
- Los izakayas.
- Los todo a cien.
- La soledad. Esto puede sonar a tío rancio del copón, pero como los primeros meses no conocía ni a Blas, y lo de quedarme en casa me parecía lo peor que podía hacer, me he dedicado a hacer excursiones a mi bola. El estar sólo hace que me fije mucho más en las cosas... no digo que quiera estar solo, porque se que no, pero ha habido muchos momentos especiales que he vivido aquí y que no lo hubieran sido tanto de haber estado acompañado. Creo que no me se explicar bien, pero espero que me entendáis un poquito!
- Ir en bici a la oficina. Esto para mi no tiene precio, a parte de hacer 10 km todos los días, es super divertido y pierdes totalmente esa sensación que da tan mal rollo de "voy al trabajo". En realidad bajo, descando la bici y tengo un rato de paseo con ella escuchando música. Además, como casi por casualidad, llego a la oficina. Es genial!
- Karate. Después de hacerlo aquí y viendo el panorama que me encontré por Bilbao, no creo que vuelva a hacer en la vida. A no ser que me den un diploma o algo y me de por abrir un gimnasio, que todo puede ser!
- La seguridad. Este país es tan seguro que te olvidas de que lo es. Un ejemplo: ayer tuve una reunión informal con mi jefe en un Starbucks. Pues lo primero que hicimos fue buscar un sitio, él dejó su portátil y yo dejé mi bolsa con todas mis cosas dentro (móvil, dinero, llaves de casa...), y nos fuimos a pedir algo al mostrador que estaba en la otra punta del lugar. Ni lo pensamos, aunque yo al volver, con la mente de delincuente que Dios me ha dado, no pude evitar pensar en lo fácil que hubiera sido chorarlo. Es genial andar por la calle de noche sin ni siquiera pensar en tener miedo a que te roben o te pase algo (ojo, que seguro que alguna vez pasa...)
- El ambiente de gran ciudad que se respira en Tokyo. Yo soy bastante paleto, y la verdad es que las dos o tres veces que he estado en Madrid me he agobiado un huevo. Bilbao es un pueblo grande, se puede ir andando de punta a punta sin mayor problema. Pero Tokyo es enorme, esto hace que tengas que espabilar para ir a cualquier lado, pero también tiene la ventaja de que puedes hacer casi cualquier cosa que te imagines: restaurantes de todos los tipos de comidas, tiendas de lo más raro que te puedas echar a la cara, gente que parece sacada de una peli de disney, conciertos internacionales... Sin ir más lejos, el otro día vi un estreno de una película catalana titulada "Salvador" en un cine, en perfecto catalán con subtítulos en japonés.
Este hombre estaba imitando a Chaplin mientras hacía figurillas con los globos en el parque Inokashira
O este señor que tocaba algo así como cuatro instrumentos a la vez (y era clavao a Don Quijote)
Casi no hace falta hacer planes, simplemente salir a la calle y encontrarse, por ejemplo, ¿un concierto?
O un tío vestido de conejo pintando un cuadro! - La cultura del té. Ya se que puedo beber todo el té que quiera en cualquier lado,
pero no es tan fácil como aquí que te puedes comprar una lata en todas las esquinas. Sin darte cuenta, bebes un montón de té al día, lo que parece que es buenísimo para la salud, ¿no?.
- Las pijadas. Todos los muñequillos chorras, los colgajos para el móvil, los regalillos que dan con las latas... dan ganas de coleccionar todo! Y además, como todo el mundo lleva alguno, no da palo ir, por ejemplo, con un
bicho muerde culos colgao de la mochila!
Un tenderete de ropa para perros
- Los paisajes. Al final estoy en Japón! así que se pueden ver paisajes de película!
Mira que foto más chula! y eso que la he sacao yo! Seguro que hay muchas más cosas, y también sé que hay otras que no echaré de menos para nada, como las cucarachas, el calor del verano o los terremotillos estos que hay de vez en cuando. Dejo pendiente hacer una lista de las cosas que no echaré de menos en absoluto, y de las cosas que echo de menos de antes de venir aquí.
A pasarlo bien!