jueves, 8 de noviembre de 2007

La señora de los paraguas

Ella siempre está allí en el cruce. Hay gente que pasa conduciendo, en bici o simplemente caminando, pero ella sólo está apoyada en el guardarail por el lado de la acera. Y siempre me mira, y sonríe divertida. Digo yo que le haré gracia, o tal vez le sonríe a todo el mundo.

Le calculo unos setenta y pico años, por lo que seguramente tendrá más de ochenta. Vive allí, lo se porque la he visto entrar en su casa alguna vez.

A su lado siempre hay cuatro o cinco paraguas colgados del guardarail o apoyados en la pared, y uno está siempre colgando de su brazo. No importa que llueva, esté nublado o haga sol, la señora siempre está allí con sus paraguas. Y siempre sonríe.

A veces barre la acera, aunque no esté sucia, con un ritmo lento pero constante, la espalda arqueada y los paraguas a mano. Y a veces cambia de sitio en el guardarail para poder ver a la gente del otro sentido del cruce.

Hoy me ha parecido que por un instante ha pensado en hablarme, pero en el último momento se ha arrepentido, aunque, como para compensarme, me ha dedicado una sonrisa más amplia de lo habitual. Creo que el próximo día le daré yo los buenos días.

Ignoro si vive sola, o qué hace el resto del tiempo que no está en el guardarail. Creo que su cabeza no funciona todo lo bien que debería, pero en su mundo de paraguas y aceras por barrer, de gentes que vienen y van, ella no duda en sonreir.

Parece feliz. Si algún día veo que le faltan paraguas, yo mismo los compraré y los colgaré de noche en el guardarail.

Por verla sonreir.

7 Ikucomentarios by la patilla
Beti dijo...

Es una historia muy bonita. A ver si un día hablas con ella, y nos sigues contando algo más de la señora de los paragüas.
Gracias!

Anónimo dijo...

Madre mía, últimamente escribes unas entradas... muy bonitas. Muchas gracias por la historia de la señora de los paraguas. Y como dice Bea, espero que nos cuentes algo más de ella.
^_^

Anónimo dijo...

Joeh como cambian las rutinarias jornadas de trabajo después de leer tus cada vez más "sentías" entradas.
Muchas gracias

Anónimo dijo...

Precioso. La forma perfecta de acabar el día laboral. Me voy con tu historia en la cabeza. Gracias!

Anónimo dijo...

No sé por qué pero...una entrada en la que no se puede leer muy bien...porque humedecen los ojos...
Un cordial saludo :)

Anónimo dijo...

Interesante

Anónimo dijo...

Que chulada.




¡Ay madre, que de letras!
¡Tengo miedo!



Buuuuuuuuuurp!