lunes, 19 de mayo de 2008

La ceremonia del té y mi dilema

Hola chatos! Este sábado anduve más que el probador de las plantillas devorolor!!, ¿pues no fui desde Shibuya hasta Gotanda andando, y luego hasta mi casa en bici?. Esto que os sonará a japonés (jaja), viene a ser como dos horas andando y media hora en bici. Al llegar en casa, me preparé un baño, y nada más meter los pies, aquello empezó a hervir...

Madre mía!

Bueno, yo os vengo a contar la ceremonia del té que me regalaron. Os pongo en antevicentes. Michiko, que sabe que siempre ando husmeando en historias japonesas, me dijo que una de sus amigas es profesora de la ceremonía del té, y que si yo estaba interesado, que nos preparaba té mientras nos explicaba los pasos.

Así que dicho y hecho. Fuimos los dos, y la profesora nos recibió en su casa con el kimono puesto y una sonrisa enorme, así da gusto.

Hablamos un rato, que si España y olé, que si Bilbao ande queda, que si hago Karate que bien... bueno, después de conocernos, pasamos a la habitación que tiene preparada para tan noble evento. Menudo cambio! de estar en una casa parecida a la de Los Serrano, nos hemos mudao de repente al Japón de las películas: suelo de tatami, puertas de madera y papel, utensilios para el té perfectamente alineados en una esquina, puertas de los armarios decoradas con flores de cerezo... precioso!

A partir de aquí todo han sido normas. Todo, absolutamente todo, está preconcebido, desde donde te tienes que sentar, hasta la manera de beber el té. Aunque no me acuerde todo, voy a intentar contaros paso a paso en qué consiste:

1- Uno va y se sienta sobre las rodillas (posición seiza), encima de un cojin pequeñito que hay. En nuestro caso había dos cojines que estaban puestos exactamente a la misma distancia desde el límite del tatami.

2- La profesora se pone en la misma posición antes de entrar a la habitación y hace una reverencia, entonces se levanta, entra, se sienta a su vez sobre las rodillas y nos saluda con otra reverencia dándonos las gracias por venir.

3- Saludamos, y entonces ella nos señala la composición que ha preparado para ese día, y en un japonés tremendamente formal, nos lo explica. Se trata de un lienzo con cuatro kanjis colgado sobre la pared, y en la parte de debajo un jarrón con flores, una figurita de un ratón que resulta ser un quemador de incienso y algo parecido a una montaña. Estamos en primavera, pero cerca del verano, con lo que las flores de los árboles se han caido, y ahora sólo quedan hojas. Los kanjis dicen esto mismo, y a su vez se representa también con el color verde del fondo del lienzo. Increible!

Nos contó que tuvo que hacer obras en casa para conseguir este hueco

4- Entonces nos pone dos platos pequeños con dos dulces. El fondo de los platos es verde, y en la parte superior del dulce, una tarta de bizcocho, hay algo confitado que recuerda a una hoja de un árbol. Lo cogemos, con la mano izquierda lo sujetamos algo por debajo de la altura de la boca, y partimos la tarta en cuatro trozos. Antes de comer, damos las gracias por ello. La profesora nos cuenta que la razón de comer el dulce al principio es para descubrir matices del té al contrastar con su sabor amargo.

La olla donde hierve el agua. Aunque no lo parezca, es eléctrica

5-La profesora, con gestos elegantes, coge el cazo, lo sumerge en la especie de olla de hierro que calienta el agua, y lo llena hasta tres cuartas partes de su capacidad. Vacia el agua en el cuenco donde va a preparar el té, pero sólo con el objetivo de calentar el recipiente y purificarlo. Desecha el agua en otro recipiente.

6- Abre el recipiente con el té en polvo y vuelca una cucharadita y media en el cuenco anterior. El té es de un color verde intenso. Entonces vuelve a llenar el cazo con la misma cantidad de agua, pero esta vez lo vierte sobre el té que tiñe el agua.

7- Con un utensilio de bambú bate el té hasta que se hace uno con el agua, después deja el utensilio en el suelo y deposita el cuenco de té en su diagonal, a una distancia exacta del borde del tatami y me hace una reverencia. El cuenco está decorado con dos motivos de ratones en honor al año actual. Uno de ellos queda exactamente enfrente de mi.

Bonito por su sencillez

8- Me levanto, avanzo unos pasos, y me vuelvo a arrodillar sin pisar los límites del tatami. Hago una reverencia y cojo el cuento con mi mano izquierda mientras lo sujeto con la mano derecha. Vuelvo a mi sitio sin pasar por delante del otro invitado y me siento sin darle la espalda en ningún momento, y deposito el cuenco en el suelo delante de mi.

9- Hago una reverencia al otro invitado y le pido perdón por beber primero. Michiko me contesta que adelante, así que cojo el cuenco con mi mano izquierda y lo giro dos veces de manera que el dibujo del ratón quede ésta vez orientado hacia la profesora. Nunca se debe beber por donde está decorado.

El cuenco a utilizar cambia con cada estación del año, según lo que se quiera transmitir

10- Levanto el cuenco por encima de mi cabeza en señal de agradecimiento y bebo el té en tres sorbos. Después lo deposito en el suelo, me levanto y lo vuelvo a colocar delante de la profesora

11- Ella lo coge, y lo limpia de nuevo con agua caliente que vierte con el cazo. Después saca un pañuelo de dentro de su kimono y lo dobla de una manera increiblemente elegante. Con él, limpia la cucharita de té en tres movimientos. Deja todo en el suelo y repite todos los pasos pero esta vez para el otro invitado.

Antes de limpiar los utensilios


¿Cómo os habéis quedao?. Estoy seguro de que se me han olvidado muchísimas cosas y que habré contado otras mal, pero esto es lo que viví yo el sábado.

Es mucho más que preparar el té, se trata de aprender una serie de movimientos y tratar de llevarlos a cabo con la mayor elegancia posible. Se trata de ser capaz de ser consciente de la importancia de los detalles. Se trata de pulir cada gesto, cada mirada, cada palabra para conseguir un momento perfecto.

Se trata de regalarle a una persona lo mejor de ti mismo.

Y, la verdad, no creo que importe demasiado que le gusté el té.







14 Ikucomentarios by la patilla
Anónimo dijo...

Magnífico, me ha gustado mucho tu relato de la ceremonia del té.

La única que pude ver estaba preparada para turistas y era un poco cutre.

Esta tiene otra pinta más buena.

Toscano dijo...

La profesora quiere que vayamos a aprender y nos cobra muy poquito. Así que tengo yo un dilema del copón....

Entre los dos trabajos, Ikusuki, el blog, Karate, Japonés... ¿me meto en más berenjenales?

¡¡ No se que hacer !!

Anónimo dijo...

enorme.....

Que envidia me das :/

disfruta!! :)

silverchaos2k dijo...

que bonito!! pero que protocolarios.. yo creo que con tanta tensión seguro que se me cae algo... T_T

David dijo...

Muy buena esta entrada, me intriga mucho esta ceremonia y llevaba esperando a que la contaras desde que lo comentaste en el twitter ^_^

Una pregunta que siempre tengo en la cabeza, al sentarse en esa postura durante tanto rato... como hacen para que no se duerman los pies? como lo llevas tu?

Por cierto, yo iría a las clases, es una oportunidad que no se da todos los días ^_^

Chema dijo...

Brutal e intenso, debe ser genial sentirse dentro de esa ceremonia. Me ha recordado las clases de meditacion que nos imponia el sensei... ahora solo te falta que te lean el poso!!

No me he podido reprimir a remarcar esta frase "después de conocernos, pasamos a la habitación que tiene preparada para tan noble evento." me la he leido unas 10 veces y la conclusion es que toy enfermo :D

Gracias!!

Anónimo dijo...

Casualmente, la semana pasada hubo unas jornadas sobre Japón y pude asistir a una ceremonia del te, no en un sitio tan bonito (era una pequeña carpa), pero si que nos explicó como era todo.

Neki dijo...

para mi gusto es demasiado pausado, seguro q me aburriria.

Nagore dijo...

Impresionante... yo con lo culo inquieto que soy no se si podría soportar tanta tranquilidad... pero tiene pinta de ser super chulo...
Vete... aunque si es verdad que tienes super poco tiempo...

Anónimo dijo...

Oooorale! nunca me imaginé que esto del té fuera algo tan complicado pero bonito a la vez. Tienes mucha razón, es regalar parte de uno mismo, más allá de beber té.

He aprendido un poco más sobre Japón, y es otra cosa que no me gustaría perderme.

¿Le persona de la última foto es la maestra?. Qué amable señora (al menos eso aparenta).

Chau!

Beti dijo...

Jodo, pues yo mira, yo cojo la tetera, o en su defecto una taza de agua hirviendo (bien de la máquina de agua caliente de la ofi, o de la máquina de casa), le echo unas hojitas del té que quiero, (sencha, de vainilla, de coco, genmaicha,... me siento delante del ordenador, de una silla, en el sofa, ...
y me lo tomo!
y nadie me dice como.
Y no me quemo la lengua porque tardo 15 minutos en esperar a que se enfrie, soy así de pesada.

Pero,... lo tuyo a molado 1000 veces más, seguro que ha sido precioso de vivir. Y has dao envidia, aunque mi sofa sea comodo de narices.
;)

j08433 dijo...

Llevabas una libretita, no? como para acordarse de todo... A sido genial! En la uni hicieron unas jornadas de arquitectura japonesa hace un par de años y simularon este mismo ritual. Muy interesante!

Toscano dijo...

Prognatis, te me adelantaste!, yo quería que mi comentario fuese el primero para explicar lo del dilema. Pero bueno, por ser tu, te perdono, jeje

Toscano, anímate hombre! total, sólo son dos clases al mes por poco dinero, empieza y si no te gusta, lo dejas!

Solusan, gracias!, estuvo bien porque la profesora era amiga de Michiko y entonces había confianza, así que uno no tenía ningún miedo a preguntar o equivocarse.

silverchaos2k, creo que más bonito que que te lo sirvan sería ver que se lo hagan a otros que sepan cómo actuar, eso tiene que ser precioso. Verlo desde fuera en silencio.

David, gracias!. Pues las piernas si que se duermen si, yo estoy más acostumbrado porque en Karate nos ponemos así cada nada. Más bien te acostumbras a que se te duerman las piernas, porque es inevitable. ¿Si? ¿tu irias?, de verdad que no me acabo de decidir!

Chema, hombre, brutal brutal, no se me ocurre una palabra que le pegue peor! Intenso, esa si la has elegido bien, si. Gracias a ti, siempre!

Nami, y fue chulo, ¿a que si?

Neki, que nooo, que no es tan pausado, no dura mucho tiempo!, yo creo que también te gustaría, que los de Balma un poco de sensibilidad también tenéis (un poco sólo, eh?)

Nagore, te digo lo mismo que a Neki, de verdad que no dura mucho!

Alan, en realidad es mucho más que una ceremonia del té, no se cómo explicarlo... el fin en si mismo no es que sea beber té, sino aprender un ritual y tratar de hacerlo lo más perfecto posible. Además, estoy seguro que cada persona lo hace de diferente manera, y eso tiene que ser más chulo aún. Si si, la señora es la profesora, que se quitó las gafas para la foto y no pispiaba, jajaja.

Bea, jajaja, bien descrito! ¿Ya tienes sofá nuevo?, eeeehhhhhh que guay!!! mándame fotacos!

j08433, pues no, lo he contado así de memoria. Claro que se me han olvidado cosas, como que después de beber, tienes que limpiar esa parte del cuenco con los dedos y después secarte los dedos en un papel que, se supone, llevas dentro del kimono. Gracias por tu comentario!

Como curiosidad: al acabar la ceremonia, la profesora había preparado sandwhiches ahí, y nos ofreció café, jajaja, CAFÉ !!! jajajaja

Anónimo dijo...

Una vez más me ha encantado tu forma de contar esta bonita experiencia. Eres un afortunado por poder aprender, así que te animo a que lo intentes al menos. A mí me vendría bien si con eso dejo de ser algo patosa, y perfilo los movimientos para no parecer un elefante en una cacharrería ;)




¡Ay madre, que de letras!
¡Tengo miedo!



Buuuuuuuuuurp!