domingo, 14 de octubre de 2007

Pidiendo por wi-fi

En mi oficina somos como el chiste ese: "están un americano, un francés, un japonés y un irlandés y va el americano y dice...". Y ya os conté que a pesar de ser tan diferentes, porque somos muuuuy diferentes, nos llevamos muy bien y funcionamos como equipo.
Además, nuestro jefe es lo bastante... digamos "normal" como para dejarnos hacer nuestro trabajo sin meterse. Cada cual es lo suficientemente maduro para hacer lo suyo, y eso hace que no nos importe quedarnos hasta tarde cuando es realmente necesario, o irnos antes si no hay trabajo que hacer y nos viene bien ese día.

Una de las aficiones favoritas de los japoneses es ir todos a tomar algo después del trabajo, y nosotros hemos tomado por costumbre hacerlo los jueves y/o viernes. No solemos ir todos, pero los que se quedan hasta tarde lo hacen. Yo los jueves no tengo Karate y suelo aprovechar para adelantar currelo todo lo posible, así que soy uno de los habituales.

Tomar un par de cervezas, cenar, hablar... después de una jornada de trabajo, ¡no tiene precio!

Bueno, todo este rollo viene porque acabo de encontrar unas fotos del sitio al que solemos ir habitualmente. Es un Izakaya, un restaurante donde generalmente estás en una mesa aislada del resto, descalzo, y puedes ir pidiendo bebida y comida según vas. En este que os cuento, han puesto un sistema para pedir las cosas vía wifi. Tu tienes una pantalla táctil y vas eligiendo lo que quieres comer o beber, si al final pulsas en el botón de hacer pedido, te viene el camarero en cinco minutos con la bandeja.

Aunque el otro día se bloqueó y hubo que darle al reset, jajaja

Si pides bebidas, se queda con la copla, y a la siguiente sólo hay que pulsar el botón de "cambiar" y te traen otra ronda de lo mismo!

Eso si, en perfecto japonés, como es normal estando donde estamos. Aún así, las fotos ayudan, así que no preocuparse!

Tal y como lo veo yo, son sitios diseñados para estar a gusto. Al estar aislado, uno puede hablar, tumbarse en el asiento (recordad que estamos descalzos), beber, cantar... sin que nadie te moleste. Ningún camarero va a decirte nada, a no ser que prendas fuego a las cortinas o algo así, y es curioso ver como los salary man, hombres trajeados, pierden los papeles a la segunda cerveza!!!

Edamame y cervezas no pueden faltar en ninguna mesa de Izakaya que se precie

Bua, menudo descubrimiento. Setas shiitake enormes, a la plancha!!! Segrego jugos gástricos de ver la foto!

En este caso, te las cocinas tu en el invento este que te traen con brasas. Que buenas estaban!!!

Y una de las mejores cosas es que no tienes que elegir el menú estrictamente al principio, sino que pides lo que quieres cuando quieres. No tienes que estar pendiente de nada, comes cuando te apetece, y si quieres más, pides más, y si no, te estás ahí toda la noche sin problemas. Sin lugar a dudas, creo que es un modelo de local que triunfaría en España. Lo apunto para mis futuros proyectos! Ikuizakaya!

Reto en Japón número 545, comer un pescado con palillos... pues se puede! (yo no, claro)

Curioso el cuadro que tenían puesto en la entrada... no me había fijado hasta este jueves




1 Ikucomentarios by la patilla
Anónimo dijo...

Como que "Reto en Japón número 545, comer un pescado con palillos"... No me creo que no seas capaz de comerte un pez con palillos...

Si cuando estuvimos cenando en el Asia Chic, yo fui capaz de no tocar un cubierto "convencional" hasta el postre.. y me comí un salmón (o lubina o no me acuerdo ya que era) con salsa teriyaki...

No te hagas el modesto que sé que tu puedes comerte hasta una chuletón solo con palillos... venga....

Por cierto... que sepas que los Izakaya son en memoria a mi buena perra Iza... que la pobre no hacía más que ladrar y ladrar en cuanto pisaba la calle.. seguro que algún japonés me vio a mí, a mi madre o mi hermano diciendo: "Iza calla!!!" y no pillo el nombre...

Un minuto de silencio para mi pobre cocker Iza... :'(

PD: NARANJAAAA!!!! Lo veo perfecto.. o verde pistacho, muy vivo… me gusta me gusta… a ver si llega rápido.. je, jee… que ganas




¡Ay madre, que de letras!
¡Tengo miedo!



Buuuuuuuuuurp!